¿Tienen las mujeres una relación distinta a los hombres con el trabajo?

¿Tienen las mujeres una relación distinta a los hombres con el trabajo?

 

Araceli Fuentes*

 

En psicoanálisis la anatomía no es el destino, no se está en posición femenina sólo por haber nacido con cuerpo de mujer, hace falta algo más, es necesaria la elección de una lógica diferente a la del todo y la excepción que caracteriza a lo masculino, la lógica de lo universal.

Esa otra lógica a la que Lacan llama “lógica del no-todo”, es la que le permite decir que las mujeres que se sitúan en ella pueden gozar de otro goce que no es el goce fálico del que gozamos todos los hablantes sin distinción de género. Es decir, que ellas tendrían acceso a dos tipos de goce distintos, el fálico que no las diferencia de los hombres, el goce articulado a un plus de goce, el goce del poder y de las obras, y a otro goce, suplementario, no complementario al goce fálico, que es de otro orden, porque escapa a las palabras y está más bien del lado del extravío femenino, ese otro goce viene a descompletar el todo fálico del universal masculino.

Desde el punto de vista de la temporalidad, la lógica del no-todo prioriza la contingencia, lo que sucede por azar, el encuentro fortuito, el acontecimiento, en contraposición a lo que se quiere inmutable o simplemente estable. Los artistas en su trabajo toman muy en cuenta esta lógica que prioriza lo efímero frente a lo duradero, las mujeres en posición femenina también. ¿Esta lógica es contraria al trabajo?

De ninguna manera, sólo que introduce en el mismo condiciones de flexibilidad, de apertura a lo imprevisto, de rechazo a lo homogéneo, de diversidad y de contingencia. En cierta manera podemos decir que es una lógica moderna que promueve lo creativo.

La palabra latina tripalium, trabajo en latín, significa también tortura y sin duda hay trabajos que son una tortura en sí mismos o por las circunstancias en las que se realizan. Pero también hay trabajos que se sitúan del lado del deseo y de la elección subjetiva, trabajos en los que el trabajador obtiene algo más que una plusvalía económica. Cuándo una mujer elige tomarse un tiempo para cuidar a sus hijos, sin duda esos cuidados requieren un esfuerzo, incluso podemos pensarlo como un trabajo no remunerado, ¿pero acaso no hay algo más? ¿Acaso no hay otra satisfacción en juego?, lo que no significa que esta elección deba ser penalizada en el mercado laboral, por supuesto.

Por otra parte, para las mujeres de hoy no son solo los hijos los que pueden darles un plus que compensa su falta fálica, ellas encuentran también en el ámbito profesional una recuperación equivalente, lo que explica que ya no se dediquen tanto como en otras épocas a la maternidad y que las mujeres actuales sufran más de angustia que antes.

Pensaba en una mujer mística como Santa Teresa, una mujer mucho más moderna de lo que se pudiera creer, hay en ella por un lado sus éxtasis, un goce en el cuerpo a través del cual prueba la existencia de Dios, algo que la Iglesia no veía con buena ojos, y por otro lado, sus obras, sus fundaciones a las que se dedicó con ahínco. ¿Acaso no podemos imaginar otra causa para las obras que la que situamos del lado de la lógica del poder y del tener fálico?

Hay para cada mujer una división entre la parte fálica y la parte no–toda. ¿Son por ello menos sociables las mujeres, menos dóciles a las órdenes?

El hecho es que el goce fálico que sostiene toda la realidad empuja al conformismo y esto afecta tanto a los hombres como a las mujeres, cuanto más se aboca un sujeto al goce fálico más conformista se vuelve, más pegado a la norma. Por otra parte, la no-toda permanece siendo absolutamente singular, lo que no le permite ser una militante, pero si una fuerza de sublimación.

Una ventaja fundamental que encuentran las mujeres en la lógica del no-todo, es que por acceder a otro goce que descompleta el fálico no se dejan capturar tanto por el superyó como lo hace la conciencia universal, es decir los que se sitúan en la lógica masculina.

Esto no significa que las mujeres no tengan superyó, esa voz interior que juzga y condena y que dice siempre lo mismo: “nunca es suficiente”, ese superyó que tan bien ha sabido aprovechar el capitalismo. Lo que sucede, es que si verdaderamente están situadas en la lógica del no-todo habrá una parte de ellas que no se deje gobernar por la ferocidad de esa voz, mientras que si está del todo en la lógica fálica podrán encarnar el superyó más feroz.

En cualquier caso y siguiendo la lógica del no-todo propia de lo femenino, es inútil hablar de las mujeres en general, podemos hablar de dos lógicas, sí, pero cuando hablamos de mujeres tenemos que atenernos a su singularidad, de las mujeres sólo podemos hablar, una por una.

¿Acaso esta singularidad que puede hacer de cada una un acontecimiento no introduce una subversión en el mundo laboral?

 

*Psicoanalista de la AMP (ELP)

Fotografía seleccionada por el editor del blog.

Texto escrito con motivo de la próxima IVª Jornada CPA Madrid: «El trabajo, síntomas y soluciones»

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