De la acción lacaniana en lo social a la acción lacaniana en la política

Joaquín Caretti Rios*

En el año 2003 en su seminario “Un esfuerzo de poesía” J-A Miller va a denominar como acción lacaniana al acto psicoanalítico en sus consecuencias en la sociedad y a afirmar que “Lacan no cesaba de deplorar que su enseñanza no tuviera en la sociedad las consecuencias que él habría anhelado.”[1] Es lo que conocemos como acción lacaniana en lo social. Entonces, la acción lacaniana es tratar de hacer pasar las consecuencias de su acto y su discurso al Otro social, tal como lo afirma Santiago Castellanos en septiembre de 2016 durante el “II Encuentro de Elucidación de Escuela: La acción lacaniana de la ELP en lo social”. En este caso concreto el objetivo consistía en hacer existir la hipótesis del inconsciente en lo social, lo cual supone facilitar el encuentro con un psicoanalista.

En este mismo seminario J-A Miller rechaza psicoanalizar la realidad y propone al psicoanálisis que la lea con cierto gusto por el detalle y que realice algo que no es exclusivo del psicoanálisis: interpretarla.[2]

Para llevar adelante la acción lacaniana la ELP se ha valido de diferentes herramientas en lo social: Foros, FCPOL, CPCT, Observatorios, Conferencias internacionales, declaración de utilidad pública de la Escuela, trabajo en instituciones, etcétera. Así mismo se ha ocupado de intervenir en las instituciones políticas que regulan la práctica del psicoanálisis como ha ocurrido en España con relación al autismo y a la ley trans y también en Francia y en Bélgica, para tener alguna incidencia en las decisiones que tratan de segregar al psicoanálisis.

Junto con esto en lo social, ya teníamos impulsos de J-A Miller para conseguir que el psicoanálisis incidiera en la política. En el 2011 propone al Campo Freudiano convertirse en una fuerza política -que no en un partido político- para liberar a Rafah Nached, psicoanalista iraní encarcelada. Decía: “Es el momento, es el lógico, de que por todos lados el psicoanálisis se convierta ahora en una fuerza material, una fuerza política”[3] ¡Una gran novedad! ¡El psicoanálisis una fuerza política! ¿Por qué? Si, como es obvio, no se está refiriendo a formar un nuevo partido político, entonces, qué implica este avance más allá de lo ya había hecho el Campo Freudiano. ¿Nos compromete con la política de otra manera? ¿De cuál?

Finalmente, es en 2017 cuando J-A Miller va a definir su propuesta de un modo más claro y contundente. Le pide a la École de la Cause freudienne (ECF) que tome posición pública contra Marine Le Pen para impedir que la ultraderecha llegue al poder. Se trata de defender la democracia y el Estado de derecho en Francia. La ECF responde afirmativamente con un gran compromiso y movilización.

Días después, el 11 de junio de 2017, luego de la derrota de Le Pen, J-A Miller presenta su texto “Campo freudiano, año cero” y crea, unos días antes -el 14 de mayo, a posteriori de la conversación de Madrid- una red política lacaniana llamada Zadig, que será una extensión de la AMP a nivel de la opinión y formará parte del Campo Freudiano. La incidencia política y la defensa sin ambages de la democracia y el Estado de derecho se hacen esenciales para el Campo Freudiano.

Tenemos actualmente distintos nudos de Zadig en varios países que interpretan el mundo y defienden estas dos premisas y tratan de incidir en la política de su tiempo convocando a la sociedad y a los políticos. Así lo acaba de hacer el nudo de Zadig de Córdoba Argentina en contra del candidato de ultraderecha con el apoyo explícito de J-A Miller.

A su vez, las Escuelas, Escuela Lacaniana de Psicoanálisis incluida, se pronuncian mediante comunicados ante hechos que ponen en riesgo la democracia y la existencia del psicoanálisis.

Según lo planteado, la nueva lectura que hacemos de la acción lacaniana es aquella que suma a lo social la incidencia en el campo de la política.

Es preciso que se transmita a la política la lógica que impera en la experiencia analítica y los efectos emancipatorios subjetivos que se alcanzan. Entiendo que es una propuesta ambiciosa ya que compromete a los psicoanalistas en una transmisión activa de su discurso de tal modo que puedan influir y agujerear las lógicas colectivas de la política al mostrar otra manera de leer e interpretar la realidad. Es necesario que el discurso psicoanalítico se haga oír con voz clara en el campo político y social, consiguiendo las mediaciones[4] que sean precisas para este fin.

Para finalizar, una pregunta: ¿podemos afirmar que este paso esencial y novedoso dado por J-A Miller ha sido subjetivado por los psicoanalistas del Campo Freudiano?

*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ELP).

Texto presentado en la Conversación de la Escuela (2023) «La Escuela que existe: encuentros y experiencias por venir» realizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el 1 de diciembre de 2023.

[1] Miller, Jacques-Alain. Un esfuerzo de poesía. Paidós, Buenos Aires, 2016, p. 171.

[2] Ibidem, p.175.

[3] Miller, Jacques-Alain. Comunicado del 13 de septiembre de 2011. (https://elp.org.es/movilizacion-a-favor-de-rafah/)

[4] “No serviría de nada a los psicoanalistas proyectar sin mediación en el universo de la política, sus principios, su ética –reclamar la adhesión de todos denunciando un mundo que sacrifica toda singularidad a la estadística”. Miller, Jacques-Alain, “Perspectivas de Política Lacaniana”, Freudiana nº 55, Barcelona, p.90.

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