Agarrarse a un clavo ardiendo

Joaquín Caretti*

La ola de ultraderechización mundial, finalmente, ha llegado a la Argentina. Si Milei consigue la presidencia de la República no tardara en sumergirla en el horror. En muy poco tiempo se ha concretado una propuesta que ha conseguido el 30 % de los votos en las elecciones primarias a presidente (PASO) celebradas el 13 de agosto de 2023. El odio, la desesperación y la rabia, como un meteorito, se han apoderado del corazón de millones de argentinos, tal como lo vienen haciendo en gran parte del mundo, allí donde la democracia consigue sostenerse a duras penas. Es el meteorito que puede destruirla desde dentro.

Sin embargo, esto no empezó en estas PASO. La posibilidad de destrucción de la democracia viene de lejos y se manifiesta, por ejemplo, en la imposibilidad de gobernar que resulta del continuo uso de los medios de comunicación y de la justicia (lawfare) para desacreditar y deslegitimar a los gobernantes dificultando al extremo el ejercicio de la política.   

Es evidente que el proyecto neoliberal empobrece a los ciudadanos, tanto que en diciembre de 2022 había un 39,2% de pobres y un 8,1% de indigentes, cifras que han aumentado cada año, sea el gobierno que sea. Nadie parece poder frenar este tsunami de pobreza -con la tortura que esta implica-, de endeudamiento progresivo y de culpabilización. Unos porque están de acuerdo con esta política y otros porque se muestran incapaces de llevar a cabo una política diferente. El resultado es la desesperación de los que ven que se les pasa la vida y todo empeora.

En esta conjunción de descrédito de la política y de explotación neoliberal surge una figura nueva que promete arramblar con todo lo anterior y resolver los problemas que afligen a los argentinos. No importa si su semblante y su texto es delirante, si su consejero es un perro muerto, si la vicepresidenta que propone reivindica la dictadura genocida, si no respeta la lucha de las mujeres, si acepta la venta de órganos, si quiere volver a dolarizar la economía, si busca minimizar el Estado, si quiere permitir la portación de armas o si sus propuestas, en definitiva, llevan a lo peor. Lo que importa es que ha sabido representar y asociar los significantes “cambio y libertad” y de este modo cautivar a multitud de personas. No ha gobernado nunca, es casi un desconocido y por ello se convierte en una “esperanza” con la cual se identifica gran parte del electorado. El odio encuentra su cauce.

Lacan proponía para la política un nuevo estilo de significante amo, es decir, un amo más lúcido y, de algún modo, aligerado de las identificaciones. Sin ninguna duda no se refiere a un tipo de personaje como éste, que encarna hoy el retorno de un padre ridículo y, a su vez, feroz.

El dicho “agarrarse a un clavo ardiendo” ilustra con precisión lo que ha sucedido. Las manos que lo han votado terminarán quemadas sin remedio. Es necesario frenar este desastre. Es esencial que la Argentina no sea gobernada por la ultraderecha.

*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ELP).

Fotografía seleccionada por el editor del blog.

Fuente: https://lapatriadelsinthoma.wordpress.com/2023/08/17/agarrarse-a-un-clavo-ardiendo/

Una respuesta a “Agarrarse a un clavo ardiendo

  1. Gracias por la interrogación por nuestro futuro, que confirma ser el «de los mercados comunes». Claro que su comentario es en superficie, por cuanto la ola de derecha en lo profundo es efecto de un «sin ley que se agita. Más que de un conjunto de pasiones y saturaciones ciegas, el mismo deviene porque que está en franca disolución la categoría histórico-social de trabajo, y esto introduce un abismo que deja a izquierda y derecha frente un vacío que se llena con figuras. Por eso la gran mayoría va a votar sin hablar de política. Para el caso esta especie de Calígula, hoy nacional, que es Milei no está ni siquiera en condiciones de gobernar, por lo tanto las derechas y lo peor serán sus únicos aliado, y sus votantes irán al sacrificio. Como «todos somos lacanianos», muchos colegas consumieron sus pasiones por la política fustigando los populismos, y hoy como dijo Leopoldo Lugones en el 30 «está llegando la hora de la espada». Ojala me equivoque. Saludos, Angel Orbea. Tandil, Argentina , y parece que ZAdig vive.

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