Marie Hélène Brousse*
Una ruptura se avecina en “la subjetividad de la época”[1], para retomar esta bella y justa formulación de Lacan. Lo virtual está tomando el relevo de lo presencial.
Los dos confinamientos han acelerado el proceso, pero éste ya había comenzado mucho antes. Me había enterado, mucho antes del primer confinamiento, que ciertos colegas de la AMP conducían las curas por medio de lo virtual (teléfono o videollamada). Se liberaban así de la dimensión del espacio, una de las dos dimensiones transcendentales de la sensibilidad según Kant, siendo el tiempo la otra. La dimensión del tiempo está concernida por otro lado por lo virtual, puesto que este último permite ganar tiempo y. como dice el discurso del amo capitalista, “el tiempo es oro”. Lo virtual modifica pues el modo operatorio de los objetos a sin anular en nada su poder en tanto que organizadores de una modalidad de goce. Se puede incluso pensar que la refuerza.
Recientemente se puede ver en una cadena de televisión una serie titulada Clickbait.
En francés, ese término significa “ciberanzuelo”, o bien “cibercebo”, y su definición es: “En internet, un contenido cuyo objetivo principal es llamar la atención y animar a los visitantes de la página a pinchar un enlace particular en una página web”[2]. En esta ficción televisada se trata de un juicio realizado a un hombre. Se le ve ensangrentado en una imagen y llevando dos pancartas. En una está escrito que será castigado por haber abusado de una mujer y en la otra que será ejecutado ya que ha asesinado a otra. La condición para que sea castigado es que haya franqueado la barra de los cinco millones de clics. Este video, difundido en la web, inmediatamente se hace viral y cada clic es grabado en directo. Todo clic acerca en tiempo real la muerte de este hombre. Se puede decir entonces que se trata de un linchamiento, vieja solución americana, puesta al día de lo virtual.
En lo que concierne al lazo sexual y amoroso, lo virtual también se ha impuesto. Los decires analizantes recogidos en la práctica clínica nos enseñan que se desarrollan prácticas sexuales con partenaires que no se encuentran nunca en carne y hueso. Ambos se ponen de acuerdo para enviarse películas videos o fotos de ellos mismos de carácter erótico incluso pornográfico, después se enganchan a la red y con una masturbación conjunta llegan al orgasmo. Se está extendiendo hoy un “hacer el amor” virtual.
¡Pero lo virtual te permite todavía ir más lejos! Es posible crear perfiles diversos de personas inventadas (nombres propios, fotos, currículum), únicamente existiendo en el campo virtual. Dicho de otro modo, lo virtual ha hecho posible las “personalidades múltiples”, antaño trastorno psiquiátrico censado en el DSM. En el imperio de lo virtual, las personalidades son múltiples.
¿Y el psicoanálisis? ¿Se ha quedado atrás en el momento de lo virtual?
No, el psicoanálisis está en las redes sociales, en Twiter, en Facebook, en Instagram. Son difundidas ahí solamente informaciones. De todos modos, si ciertas sesiones pueden adoptar la modalidad de lo virtual, las primeras entrevistas, llamadas preliminares, nunca pueden tener lugar de este modo. Tampoco se puede contemplar una cura sin un ritmo de presencia física. Es verdad que el sujeto, en tanto que representado por un significante para otro significante, no objeta lo virtual. Se puede incluso decir que el sujeto mismo es sólo virtual.
Sin embargo, el cuerpo hablante nunca será reducible a eso. En el encuentro de ese Uno que une paradójicamente el cuerpo y el lenguaje, no hay nada de virtual. El cuerpo no es únicamente reducible a la imagen, va más allá de la dimensión de lo Imaginario; el inconsciente no es reducible a los significantes-amos, por lo tanto, a lo Simbólico. Es cierto que los dos conjuntos constituyen la realidad, la cual es de esencia virtual desde siempre y para siempre. Pero el cuerpo hablante, expresión explosiva, depende en parte de lo Real. Es lo imposible de lo virtual.
*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ECF)
Traducción de Elvira Tabernero.
Fuente: https://www.hebdo-blog.fr/chronique-du-malaise-lepoque-de-la-montee-des-egos-2/
Fotografía seleccionada por el editor del blog.
[1] Lacan J., “Función y campo de la palabra y del lenguaje”. Escritos
[2] Cf. Wikipedia.org