CORONAVIRUS: «#23312»

#23312

 

Marco Focchi*

 

 

Hay una imagen que circula por la red, originalmente distribuida por Reuters, la agencia de noticias británica, y realizada por Alissa Eckert y Dan Higgings. Se encuentra fácilmente en Internet ingresando su código en Google: # 23312. Fue creado para la Agencia de los Estados Unidos Centro para el Control de Enfermedades (CDC). El Corriere della Sera del 30 de enero lo presenta con este título: Coronavirus, reveló el verdadero aspecto del virus 2019-nCoV.

El título es típicamente sensacionalista: si hemos revelado su verdadero aspecto, tenemos al menos algo en la mano, hemos desenmascarado lo que antes era un enemigo invisible. Porque, de hecho, con un diámetro de 20 a 300 nanómetros (una millonésima parte de un milímetro), el corpúsculo que actualmente socava nuestras vidas y que ha tenido tanto impacto en la modificación de nuestros hábitos permanece esencialmente invisible, a menos que tengamos eso microscopio electrónico indispensable que no todos tenemos generalmente en la caja de herramientas.

Sin embargo, la imagen no es una foto, es un CGI (imagen generada por computadora), una apariencia en pocas palabras. Es una ilustración digital, y es un poco como las imágenes de cuentos de hadas en los libros que leíamos cuando éramos niños. Nunca habíamos visto al Ogro en carne y hueso, pero su figura estaba en el libro, y tenerlo en una página que podía abrirse, pero también cerrarse, nos tranquilizó un poco. Del virus que está borrando nuestros calendarios y alejándonos físicamente el uno del otro (incluso si es así, cantamos juntos desde los balcones, pero no es lo mismo), tenemos una imagen inventada para consolar nuestra imaginación de cuento de hadas, y tenemos también una abreviatura abstrusa para darle un lugar en el orden simbólico. ¿Hay algo real en esto? No es el corpúsculo nanométrico que actúa como una referencia a la imagen y el acrónimo, que, aunque invisible a simple vista, es una entidad empírica, algo que pertenece a la realidad en su entrelazamiento de lo imaginario y lo simbólico, esa realidad que nos sirve para orientarnos en la vida diaria, pero que no nos dice nada sobre lo real que nos preocupa. Podemos decir que pertenece al mundo real de la ciencia, como las ondas hertzianas mencionadas por Lacan en el Seminario XVII y de las cuales ninguna fenomenología de la percepción nos ha dado nunca una idea. Lo real del psicoanálisis, sin embargo, sabemos que es diferente. ¿Dónde sentimos que nos sacude ahora? En la mezcla de nuestras relaciones con los demás y con el mundo. Ya no podemos disfrutar de lo que sostuvo el tejido de nuestras vidas, y la suspensión que se prevé parece alargarse de tal forma, que será difícil reanudar todo como antes de la misma manera, como si fuera solo un mal paréntesis. Lo real en nuestro sentido se toca en los efectos que produce el microorganismo en el ritmo de nuestras existencias, en la cuchilla que separa a los que viven y los que mueren, en la catástrofe de la economía mundial. Decimos, con Lacan, que lo real es sin ley. Esta crisis lo muestra claramente. Se presenta en el mundo algo que la ciencia no puede dominar (aún) y aparece la crisis. Lo real surge en esta falta de parámetros, de pautas, lo que obliga a las administraciones a improvisar, lo que hace que los virólogos anden a tientas en la oscuridad, lo que arroja la medicina al caos, sin medios seguros y probados para reaccionar al ataque.

El plan para dominar la entidad, que desde Parménides hasta Einstein fue el hilo rojo del pensamiento occidental, y que con la tecnología moderna ha alcanzado su máximo cumplimiento, evidentemente tiene en sí algunos límites insuperables que el psicoanálisis ha sacado a la luz. en su práctica, y que ahora aparece bajo la lupa como un ente sin una imagen adecuada para nuestro imaginario, con un acrónimo que cobra sentido a partir de nuestras ansiedades, y con un referente que vira con vehemencia en una realidad que no la contemplaba y para la que no fue diseñada.

 Por supuesto que superaremos este momento, #andratuttobene, pero la salida implicará una reconfiguración importante de nuestra forma de vida en el marco de la política, cuyas diferentes líneas ya son visibles, en el contexto de la sociedad civil, cuya existencia hoy se hace valer firmemente, contradiciendo lo que dijo Margaret Thatcher hace unos años, en la presencia de las instituciones y en la práctica de nuestra clínica, que ya se enfrenta a perspectivas que van más allá de los nuevos síntomas.

*Psicoanalista de la AMP (SLP)

 

Traducido por Diego A. Ortega. Revisado por José Luis Chacón.

 

Fotografía seleccionada por el editor del blog.

 

Fuente: https://www.slp-cf.it/rete-lacan-n5-30-marzo-2020/#art_6

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