Imágenes del coronavirus
“Durante unas horas podemos ser infelices a la manera de los hombres libres”
PrimoLevi
José Luis Chacón*
La realidad, ahora más que nunca, es virtual. En esto días de confinamiento, las imágenes que nos llegan del exterior a través de la Red o la TV están sobredeterminadas. Las huellas que estas pudieran contener pertenecen a una cadena de transformaciones mecánicas en las que no intervenimos. Y cuando, sin distinguir el domingo del miércoles, nos asomamos a la calle desde balcones y terrazas para aplaudir en un gesto de solidaridad, nuestro punto de vista se vuelve extraño, necesariamente limitado.
¿Que ocurre por las plazas y aceras de nuestras ciudades por las que diariamente pasamos? ¿Que miran y registran los fotógrafos y cineastas que, como artistas, pueden llevarnos la delantera en cercar aspectos de lo real?
Jean-Luc Godard señaló con acierto que el gran pecado del cine fue no haber registrado imágenes de la Shoah. Solo a posteriori se filmaron gran cantidad de películas de ficción o pudieron rescatarse fragmentos documentales y fotografías.
A partir de ahí, Gerard Wajcman[1] ha venido poniendo de manifiesto que ciertas obras de cine o fotografía, y por extensión el arte contemporáneo y la abstracción o el expresionismo en primer término, cuando representan un cuerpo, un rostro, una efigie, incluso toda forma, están atravesados por la falta, la Shoah y los cuerpos liquidados y desaparecidos. Como si la catástrofe fuera el referente último de todo el arte verdadero en el último siglo y éste.
Todas las imágenes no son más que huellas que a veces quedan registradas como han puesto de manifiesto diversos autores desde R. Barthes a Gombrich[2]. Pero no es seguro que, sean estáticas o en movimiento, reconstruyan la realidad y la memoria o eliminen el olvido porque no pueden mostrar la ausencia en todos sus aspectos.
Hemos encontrado algunas piezas de una serie realizada por Clemente Bernard, cineasta y fotógrafo, que uno de estos días salió a las calles por las que habitualmente pasaba. Lo que encontró está, efectivamente, en ese sesgo que señalábamos.
Clemente Bernard, formado en Artes y con el fotógrafo Koldo Chamorro hasta su muerte, ha expuesto en diversos centros de arte y galerías como el Guggenheim de Bilbao o en el Contemporary Photography del Chicago Columbia College. Ha recibido premios como el Foto Press (1994). Junto a su pareja, Carolina Martínez, ha realizado diversas prácticas documentales cinematográficas en torno a la Memoria histórica en España. Recientemente ha sido juzgado y condenado a un año de cárcel y multa cercana a los tres mil euros por rodar en Pamplona las misas que celebran allí la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Santa Cruz de manera anticonstitucional.
Más: coVid 19_madrid
Madrid (Spain), 2020. Daily life in Spanish capital during lockdown due to coronavirus outbreak
*Psicoanalista de la AMP (ELP)
[1] G. Wajcman: L´Objet du siècle.
[2] R. Barthes: La cámara lúcida.
E.H.Gombrich: La evidencia de las imágenes