El canalla, figura del amo contemporáneo
Paola Bolgiani*
En la IV lección del Seminario El reverso del Psicoanálisis, recordando su conocida declaración “no hay metalenguaje”, Lacan dice: “No hay más metalenguaje que todas las formas de canallada, si llamamos así a esas curiosas operaciones que se deducen de que el deseo del hombre es el deseo del Otro. Toda canallada se basa en esto, en querer ser el Otro, me refiero al Otro con mayúscula, de alguien, allí donde se dibujan las figuras que captarán su deseo.”1
Esta referencia de Lacan debe relacionarse con otro enunciado crucial que encontramos en la lección siguiente del Seminario XVII: «no hay discurso (…) que no sea del goce”2, una enunciación que se relaciona directamente con lo que llama «entrometerse en lo político»3 de parte del psicoanálisis.
Cada discurso representa la estructura que determina un cierto modo de gestión del goce, delineando una política. En la escritura del discurso capitalista, donde en el lugar del agente tenemos al sujeto barrado, comandado por el S1, que introduce una circulación aparentemente interminable entre los cuatro elementos 4, podemos leer la posición del sujeto contemporáneo, que cree que la ilusión capitalista de poder reapropiarse del goce que «le correspondería» a través del consumo de objetos, borrando así la dimensión de la castración que funda el deseo. «La plusvalía» – que recuerda Lacan – «es la causa del deseo por el cual una economía crea su propio principio, el de la producción extensiva, por lo tanto, insaciable, de la falta de goce.5
Podemos definir la posición del sujeto contemporáneo – nombrando así el efecto individual que produce el vínculo social actual – como connotada por la estupidez, lo que indica una posición de goce con respecto a la cual no queremos saber nada ni ceder nada, que por lo tanto no es subjetivable. Propongo que su partenaire político, el Otro en quien confía, sea aquel a quien Lacan indica como el canalla.
En La ética del psicoanálisis, Lacan habla de la ideología del intelectual de derecha como la que «no retrocede ante las consecuencias de lo que se llama el realismo, es decir, cuando es necesario, confiesa ser un canalla”.6
El «realismo» del que habla Lacan concierne al hecho de saber que todo es semblante, que el ideal es una construcción ilusoria, y usarlo para el propio beneficio de goce. Propongo que el canalla pueda hacer un uso político en la medida en que su posición esté articulada con el sujeto contemporáneo, al que puede presentarse – como recuerda Lacan en el Seminario XVII – como su Otro, y, allí en el punto en que aparece la falta que cava el deseo, situar precisamente la propia canallería, su «realismo». Un Otro que se hace garante, que hace creer que existe un metalenguaje, y que, así, autoriza al sujeto a permanecer en el no querer saber nada sobre el goce – por lo tanto, en la estupidez, que Lacan define como «sin esperanza».7 Con consecuencias que sin embargo pueden aún ir más allá.
En … ou pire, Lacan dice: «la canallada no es hereditaria según el psicoanálisis, sino que depende del deseo del Otro del cual surgió el interesado (…) pero si el deseo del cual nació es el deseo de un canalla, es un canalla infaliblemente”8. Lacan hace referencia al deseo que ha presidido su venida al mundo, pero podemos extender lo que nos ofrece en cuanto al deseo en juego cuando se trate, a nivel colectivo, de quien gobierna en relación a los sujetos con quienes se relaciona. Si está en juego el deseo de un canalla, en ambos sentidos objetivo y subjetivo, se obtendrá inevitablemente un canalla.
Es así como el sujeto contemporáneo puede encontrar a un Otro que lo legitime a su vez en posición de canalla, precisamente al confiar en el hecho de que el deseo es el deseo del Otro y que «No hay discurso excepto en el goce”.
«En el extravío de nuestro goce”, anunciaba Lacan en Televisión, en 1973 «solo el Otro lo sitúa, pero es en la medida en que estamos separados de él. De ahí unos fantasmas, inéditos cuando no nos mezclábamos. Dejar a ese Otro en su modo de goce es lo que solo podría hacerse si no le impusiéramos el nuestro, si no lo considerásemos un subdesarrollado”9. El deseo del canalla sitúa el goce en el Otro, expulsando la diferencia con el pretexto de mantener este Otro como separado, e imponiendo y legitimando un goce que sería el mismo para todos. El racismo, que considera al Otro como subdesarrollado, es su consecuencia. La respuesta del sujeto contemporáneo, que cree en esta uniformidad del goce que el discurso capitalista impone, basándose en la brecha entre el objeto del deseo y su causa y en el hecho de que la raíz del deseo está anudada con el goce, se constituye como su socio ideal, como lo demuestra el éxito político de quienes, en nuestro mundo, encarnan esta posición canalla.
Por lo tanto, para el psicoanalista, hacerse resto, «efecto de rechazo»10 del discurso, «ser un santo» como un «desecho del goce”11, es una elección ética y política contra lo canallesco y contra la estupidez de nuestra época. Como advirtió Lacan: «Cuantos más santos seamos, más nos reiremos: es mi principio; es incluso la salida del discurso capitalista – lo cual, si solo es para algunos, no constituirá ningún progreso-.”12.
*Psicoanalista de la AMP (SLP)
Traducción: Eduardo Dorrego
Revisión: Luisella Rossi, Patricia Tassara
Fotografía seleccionada por el editor del blog. (El Roto)
- Lacan J., “El Seminario Libro 17 El Reverso del Psicoanálisis”, Paidós, 1992, Buenos Aires Argentina, p. 64
- Ibídem p. 83
- Ibídem p. 83
- Lacan J., Del discurso psicoanalítico, inédito. Conferencia en Milán (12/5/72)
- Ibídem, respuesta a la quinta pregunta.
- Lacan J., “El Seminario Libro 7 La Ética del Psicoanálisis”, Paidós, 1990, Buenos Aires, Argentina, p.221.
- Lacan J., “Otros Escritos”, Televisión, Paidós, 2012, Buenos Aires, Argentina, p.569. cuando habla de necesidad de rechazar el análisis a los canallas porque irremediablemente se volverán tontos.
- Lacan J., “El Seminario Libro 19…o peor”, Paidós, 2012, Buenos Aires, Argentina, p. 194-195.
- Lacan J., “Otros Escritos”, Televisión, Paidós, 2012, Buenos Aires, Argentina, p. 560
- Lacan J., “EL Seminario Libro 17 El Reverso del Psicoanálisis”, Paidós, 1992. Buenos Aires, Argentina, p. 45.
- Lacan J., “Otros Escritos”, Televisión, Paidós, 2012, Buenos Aires, Argentina, p. 546
- Ibídem, p. 546
Va a mi Facebook ( https://www.facebook.com/pancho.pablo.16 ) con este comentario:
Si crees que existe metalenguaje, como el canalla te sugiere que él mismo es la garantía, entonces te convence(s) de que no hace falta saber nada sobre tu goce, = te conviertes en un estúpido. Las consecuencias son fatales
Es una de las perlas de Paola Bolgiani en este texto, a leer y releer
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