Triunfo de la religión y/o big data: lo real en lo social
Reflexión psicoanalítica en torno a la democracia
Teresa Ferrer*
Traigo una reflexión psicoanalítica en torno a la democracia, que acabe ayer mismo, ya que los acontecimientos políticos del país, de esta última semana, nos mantenían pendientes de su desenlace y gracias a que la entrega de la “primera temporada” se ha producido con un final apasionante, en torno a la formación del “ejecutivo” del País, el llamado Consejo de “ministras y ministros”.
Hago mías, las palabras de Marie-Hélène Brousse, en el Foro Europeo sobre la democracia: “No se trata de compartir mis convicciones de ciudadana, ni lanzarme a una crónica política, porque no tengo ni ganas ni competencia. No más que una razón para tomar aquí la palabra: mi práctica, ya larga, del psicoanálisis de orientación lacaniana” (1)
Sí se trata de que “En la vida anímica del individuo el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual, es simultáneamente psicología social” (2), leemos en la primera página de Psicología de masas 1.921 S. Freud, que junto a la reflexión de Jacques Lacan: “Ni siquiera digo la política es el inconsciente, sino simplemente el inconsciente es la política» (3)
Aquí de lo que voy hablar es de que el “inconsciente es la política” Compartimos con otros, los semejantes, normas establecidas que regulan las “relaciones humanas imposibles”. Hemos creado vínculos que nos permiten gobernar, educar, psicoanalizar, protestar, dotándoles de unas reglas que rigen el lazo social. Son estructuras, que regulan la “sociedad”: el amo, (gobierna), la universidad (educa), la estructura psicoanalítica, el discurso de la histeria (cuestiona), y la estructura capitalista.
He nombrado gobernar, educar, cuestionar y para el psicoanálisis queda “interpretar”. Se trata de interpretar lo social, como se interpreta a un individuo. No se trata de psicoanalizar, ni de dar sentido ni decir hacer, se trata de interpretar. Si en un psicoanálisis, el sujeto narra su historia, sus lapsus, sus sueños y sus síntomas, buscando significado y sentido, por su parte el analista, en su tarea “lee” de la narración, los momentos, personas, anécdotas que han dejado impronta, y que llamamos sus “significantes amos” pues sostienen ser y existencia. En lo social, pasa igual, hay significantes amos, que dan pregnancia creando la actualidad social del momento. Se trata de leer esos significantes-amos y cómo actúan.
En este encuadre teórico enmarco mi intervención sobre el tema, que nos reúne hoy aquí “Fragilidades de la democracia”
El inconsciente es la política, la psicología social simultánea a la individual, se puede interpretar leyendo sus significantes amos, y la ¿democracia?, ¿qué es esa forma de organización social y de gobierno?
Para nuestra época, la democracia es un significante amo que hace las cosas legibles, sin el significante, democracia, no entendemos que pasa. Es el indiscutible modelo de organización que nos dimos para dirimir diferencias e intereses haciendo posible la convivencia, es: EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y DEMOCRATICO, como establece nuestra constitución de 1.978. Lo discutible puede ser, cómo conseguir respetar las reglas de juego, que valores sustentan la creación de la riqueza y su reparto, quienes son nuestros aliados de ruta, nacionales e internacionales, etc. etc. Esos temas y muchas otras cuestiones sí que entran en la “arena de lo discutible”, para sostener e ir mejorando el sistema democrático, pues no hay democracia sin demócratas. La cosa es quienes piensan que la democracia en si es débil, no sirve para gobernar, por lo tanto hace falta un régimen fuerte, una dictadura, como la que padecimos casi durante 40 años, cuyos efectos aún perduran en nuestros días. Por eso hoy, en política, lo indiscutible, aquello ante lo cual no podemos estar en infracción, es el significante democracia.
Ella custodia el “lugar del valor” es decir “aquello cuya relatividad hemos reconocido”, lugar de lo indiscutible, en cuyo nombre leemos lo que ocurre y actuamos. El lugar del valor, en nuestra época postmoderna es más importante que “el valor” en el cuál creemos. Lo que ahí se inscribe es contingente, puede ser esto o aquello. Conocer el lugar es saber que no hay absoluto, es lo que el discurso de la democracia difunde, no hay significante último, sólo hay un “lugar” en el cual vienen a inscribirse los valores que permiten orientarnos, tapando el agujero, ocultando que ese lugar está vacío y que “no hay valor final” (4).
La democracia (que convertirnos en principio de acción y motivo de guerra) enuncia que no hay significante amo definitivo, y así la tolerancia, es una intolerancia al significante amo absoluto, es la invitación a aportar que haya otros valores, siendo los enemigos de la democracia, las versiones del absolutismo: el integrismo, el fundamentalismo, etc. El valor que emerge en democracia, es: “Tú no vales más que el otro” (5).
La democracia es eso, pero ¿y sus fragilidades?
La corrupción no está a la altura de la democracia, no la hace temblar ni la tambalea. Del latín corruptio (acción de dañar, sobornar o pervertir a alguien), lo encontramos en la reforma del código penal, del 2015 como “el abuso del poder público, para conseguir una ventaja ilegitima en beneficio privado, ha sido una constante a lo largo de todas las sociedades para obtener decisiones favorables de quienes ostentan el poder” (6).
Mordidas, concesiones, comidas, regalos, cargos de confianza, asesoramiento, escoltas, coches oficiales, financiación ilegal, etc… son figuras de abuso de poder de quienes lo ostentan, que hay que penar por ley, y eso atañe a los partidos que legislan, y a los jueces que aplican las leyes. La corrupción, no es un significante, es un significado que “algunos” le dan al poder, sobre ella, más que de fragilidad cabría plantear “usos y abusos de la democracia”. (Pues no es la democracia sino los que al amparo de la democracia la tergiversan para sus intereses particulares, desvirtuando y degradándola a los ojos de los que confunden “corruptos con democracia”)
La corrupción no está en todas partes, si viene de lejos, “desde los albores de los tiempos”, pues es del régimen del Padre, sea Rey, Señor feudal, Comandante de los ejércitos, Autoridad eclesiástica, financiera, etc. El corrupto, los corruptos representan al “padre gozador”, hace lo que le da la gana, pagando sus excesos el pueblo contribuyente.
La corrupción es un significado, un sentido que se le da al poder. Si permite señalar a quienes abusan y rompen las reglas del juego, y subsanar los delitos cometidos, no es indiscutible, como lo es la democracia o los significantes-amos que compiten con ella, para romperla o quebrarla. A los citados: integrismos, totalitarismos añadir los “ideales de alto personalismo” que cita Lacan (7): la “encuesta de opinión” “el sentido del sentido” “el imperio de la cifra” “la negación de ver el malestar en la cultura y sus causas”, así obtenemos las “fragilidades”.
Que es fragilidad? La palabra frágil, viene del latín fragilis, adjetivo con la misma raíz que el verbo frango, frangere, fregi, fractum (quebrar, romper). Frágil es “lo que puede romperse”, como fácil es lo que puede hacerse sin problemas. Utilizado en plural fragilidades, rupturas, quiebros de la democracia, sería “qué, o por dónde se puede romper o quebrar la democracia, qué la hace frágil” (8).
Si la democracia hace legibles las cosas en nuestra época, sus “fragilidades” borrarán lo que ella hace legible, son otros significantes-amos que implican “otra manera”. Algunos de estos, ya nombrados, constituyen y han constituido gobierno de Estados, cuyos regímenes plantean la realidad de forma distinta a la demócrata, y por “el bien común” (entre comillas) la imponen. Si bien, siendo optimistas, ante los antiguos hay “antídoto”, con las “fragilidades” que se presentan en el cambio de paradigma mundial, con las fragilidades nuevas que acompañan a la globalización, al cambio de era, lo tenemos más crudo: La “encuesta de opinión” “el sentido del sentido” “el imperio de la cifra” “la negación en ver el malestar en la cultura”, etc…
Las fragilidades responden al pánico. Hay pánico a no saber qué y cuál será lo que la mayoría sitúe en el lugar del valor, hay pánico a las mayorías que instala la democracia. Hay pánico, porque ella, la democracia, obliga a cambiar una posición pulsional, (“un modelo de estado” que conlleva imponer, sancionar, decidir cómo vive, trabaja y goza la gente, etc.) obliga a modificarlo, cuando gana otra posición pulsional de dominio, otro partido. Y en la línea de exorcizar el miedo, hay políticos que encomiendan su “espíritu” a la “estadística”, a “las encuestas de opinión” en un intento desesperado de calmar su incertidumbre, su angustia. Pero claro…
Las encuestas, los sondeos de opinión, ni son el padre, ni pertenecen a la lógica fálica, ni de mercado. Pseudociencia, intenta atrapar el “sentido del sentido” aumentando sus ítems: “qué va a votar” “qué votaría si” “qué votaría usted sin pensar”, “después de desayunar, “por la mañana”, “tras la champions”, “si discute con sus hijos”, “si hace el amor”, “¿votaría por la mañana lo mismo que al mediodía?, etc. Pronto llegará, “qué votará usted durmiendo”, “qué ha soñado que votaba”, “qué vota si se equivoca” etc., etc., en una carrera de perseguir “lo fijo”, que no dura, en una carrera persiguiendo al padre, el falo, en un intento de adaptarlos al nuevo paradigma que la nueva era ha inaugurado en la humanidad, con la big data.
Pero los creadores de la encuesta de opinión, aunque etéreos también tienen angustia, y en su incesante búsqueda de solución a la grieta del sentido, dan la liviandad de sus “ítems” a la IA, con la que endogámicamente se afanan en la obtención del “algoritmo de la gobernabilidad”, como si de una reescritura de las ecuaciones de Hari Sheldon de la psicohistoria de I. Asimov se tratase, custodiada por robots, de los que Sofi, la primicia, ya tiene nacionalidad.
El inconsciente es la política significa, que el inconsciente no es lo propio de cada quien. El inconsciente funda por identificación una o varias comunidades, siendo, la identificación, el principio también de la política, y salta a la vista hoy en día el punto en que la política es dominada por identificaciones y las oposiciones mutuas que estas implican: somos españoles, somos catalanes, somos gallegos, americanos, franceses, europeos, euroescépticos, etc. Y la tensión entre los lazos identitarios y la máxima que genera y alimenta el capitalismo “tu puedes ser lo que quieras” que atrapa también a la democracia, aterroriza, y provoca soluciones mundiales: o el retorno feroz del discurso del amo, con el triunfo de la religión que ocupa la política, dando sentido y quebrando la democracia en muchos países y estados; el triunfo de la “cifra” a modo de anillo de Mordor con su “algoritmo de gobernarlos a todos”.
Y es que, y con esto termino, el padre, se está eclipsando y en su lugar adviene lo reprimido, la mujer, la diosa blanca (9), de la que cada vez vemos más manifestaciones en nuestro tiempo: imposición de la maternidad y maternaje, primacía de los testimonios, mediación, comprensión, escucha, cariño, permisión, etc. Se está eclipsando el padre y el amo da sus últimos y feroces alaridos, que pretende un retorno atroz, quizás posible, ya que el auge de los valores maternales, convive con la proliferación de Manadas, que con la Corrupción, son el rostro oscuro de Tótem y Tabú (10).
Tras esta introducción, doy paso a un magnifico político y gran amigo, que está viviendo en primera línea, con toda la frescura del momento el cambio del que hablaba, el nuevo paradigma en España, visible en el uso que hemos hecho en menos de un año, de los que algunos llaman “anciana constitución”: puesta en marcha el artículo 155 por primera vez, triunfo de una moción de censura, por primera vez, juramento de cargos laicos, por primera vez, etc. Así como hemos visto todos, en tiempo real, en la pantalla, la retirada, no sin alaridos feroces, del gozador herido régimen paternal corrupto y el advenimiento de un gobierno con los nuevos valores de nuestro tiempo, de los que vamos a conversar con Andrés Perello: la juventud, las mujeres, la imagen, y lo que el nombra con su designación política, que soy incapaz de repetir, y lo llama “algoritmos de gobernabilidad”, etc…
Muchas gracias
*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ELP)
Intervención en la Conversación promovida por Zadig España en Valencia “Fragilidades de la democracia” 8 de junio 2018.
Fotografía seleccionada por el editor del blog.
Bibliografía
1 Marie Hélène Brousse “Democracias sin padre”. Intervención en el Forum europeo de Turín de la EFP, “Deseos decididos por la democracia en Europa”, 18 de noviembre de 2017.
2 Freud, Sigmund, “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921). E. Amorrortu
3 Lacan, Jacques Seminario “La lógica del fantasma”, sesión 14 diciembre 1966
4 Miller, J.-A., Un esfuerzo de poesía, sesión 5 de marzo 2003. E. Paidós
5 Ibd.
6 Etimiología de Corrupción. Eti
7 Lacan, Jacques Escritos 2 pág 975-76
8 Etimiología de Fragilidad, Frágil. Eti
9 Lacan, Jacques Otros Escritos “El despertar de la primavera de Wedekind”. E Seuil