A LOS DESAMPARADOS, LOS DESARRAIGADOS Y LOS MUERTOS

Rosa López*

Hace seis años viajé a Catania por motivos laborales y me sorprendió que, en la cena, un colega me recomendase que no pidiera pescado.

-¿Por qué? Si estamos en un puerto de mar

– Si, pero en estas costas los peces se alimentan de cadáveres humanos

Hoy me vino este siniestro recuerdo cuando me desperté, en el sentido fuerte del término, con una cifra atroz: 5000 muertos en el mar en los últimos cinco meses, lo que marca un nuevo récord en el campo del desamparo humano.

¡Atención! El dato se refiere únicamente a los que perdieron la vida en la denominada “Ruta Canaria”, la mas mortífera del mundo.

Los estados de la Unión Europea que tienen una larga historia colonialista pero poca identidad, no han fortalecido los medios de rescate en el mar y esperan que actúen las ONGs o que, hombres, mujeres y niños queden librados a su siniestra suerte.

El número de los desamparados crece incesantemente en todo el planeta mientras que lo que constituye una verdadera tragedia se diluye en mediocres políticas de emigración.

La Unión Europea ha demostrado que carece de respuestas ante los desafíos que plantea este entorno geoeconómico y geopolítico. Su miopía es patente. no han tenido una visión estratégica ni a largo ni a medio plazo porque no quieren asumir su responsabilidad política y moral con los refugiados y emigrantes. Semejante impotencia ha beneficiado a los movimientos xenófobos que se nutren como vampiros de esta ceguera.

Con las recientes elecciones al Parlamento Europeo asistimos al auge de la ultraderecha que va ocupando el poder en los países miembros de la Unión. En breve podríamos ver a Marine Lepen presidiendo Francia.

Soy pesimista respecto a la idea de que este panorama responde a las habituales alternancias entre la socialdemocracia y la derecha, propias de la antigua democracia. Creo que el escenario actual es más bien el del retorno a lo peor de nuestra historia con el triunfo de los fascismos.

Desgraciadamente Europa es un continente envejecido, convertido en un mercado sin corazón, sin valores ni proyecto, que quiere cerrar fronteras a los desamparados del resto del mundo como si estuviera libre de ese mismo desamparo en su interior.

“No nos desarraiguen” claman los descendientes de emigrantes que hicieron aquí (cualquier país europeo) sus estudios, tuvieron hijos, trabajan, pagan impuestos y se sienten profundamente europeos, como los judíos se sentían profundamente alemanes.

Algunos declaran estar afectados por las últimas elecciones europeas al ver que millones de ciudadanos introducen en las urnas un voto que se identifica con las mentiras mas burdas, las difamaciones más indignas y las teorías de la conspiración más crueles. Se trata del voto del odio al semejante, cuando el odio ya no es la otra cara del amor sino que se se dirige a las destrucción del ser del otro.

Por favor, no se dejen desarraigar. Son muchas las razones de mi ruego. Algunas tan próximas a mis sentimientos que merecerían otro espacio de comunicación. Daré solo dos:

1. Todos los seres hablantes estamos exiliados de la “vida” aunque no nos hayamos movido jamás del lugar en que nacimos.

2. Vosotros sois los brotes de la nueva savia de esta Europa envejecida y desorientada.

Con todos mis respetos

Rosa López

*Psicoanalista. Miembro de la AMP (ELP).

Fotografía seleccionada por la autora.

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