Irremediablemente responsables
Ana Ruth Najles*
Cuando lo real se presenta, con la sorpresa de la contingencia, no hay tiempo para comprender. Entre el instante de ver y el momento de concluir la prisa empuja al acto.
La pandemia producida por el Covid 19, así lo demuestra. En otros momentos fueron las guerras, las catástrofes naturales o no las que enfrentaron brutalmente a los seres hablantes al hecho de que el Otro no existe. Eso significa que no hay Otro que sepa qué hacer frente a ese real, cómo lidiar con él. Y es por eso que cada uno intenta inventar a un Otro que sería la causa o el responsable de ese real, desconociendo el hecho irrefutable de que lo real es sin ley, y por tanto sin causa. Aparecen así teorías conspirativas de todo tipo y color que circulan por las redes, desde conspiraciones de EEUU contra los chinos, del presidente tal o cual que no toma las medidas adecuadas, de los científicos que dejaron escapar el virus en algún laboratorio de experimentación hasta teorías que suponen que el planeta devastado por los efectos de la actividad destructiva de los seres hablantes se venga enviando una plaga, que recuerda a alguna de las 10 plagas que, según el Antiguo Testamento, Dios les envió a los egipcios.
Lo que se impone es que, como es tan evidente que no hay un Otro a quien cargarle la culpa (‘Dios ha muerto’, como decía Nietzsche), cada quien debe hacerse responsable de sus actos en singular. Actos de los que sí deberá responder ante los otros, sus semejantes, que sí existen.
Estamos en el tiempo en que cada quien no puede dejar de ser responsable singularmente de las consecuencias de sus acciones ante la comunidad de los seres hablantes.
Estamos en el tiempo en que los padres deberán responder por sus hijos y ante ellos, como deberán hacerlo ante sus mayores y sus semejantes.
Si el mercado nos empuja a todos al lugar del niño irresponsable (el niño globalizado), la pandemia nos impone hacernos cargo de nuestra responsabilidad singular como ser hablante frente a cada uno de los otros que nos rodean.
*Psicoanalista de la AMP (ELP/EOL)
Fotografía seleccionada por el editor del blog.
Me parece muy interesante
Sin embargo, discrepo en algo. Hubo cierto tiempo, no mucho pero lo hubo, para ver (China, Italia). Y ese tiempo se enlaza a un comprender haciéndose (saber de virulencias, letalidad, diagnósticos, tratamientos empíricos, desarrollos de vacunas). que, a su vez, va por delante y retrasado con respecto al tiempo de la decisión, de concluir.
Se dio, desde mi punto de vista, una mirada distorsionada, una comprensión defectuosa y una conclusión retardada.
Un saludo,
Javier Peteiro
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En Argentina los diarios titularon : » tenemos el diario del lunes» aludiendo a que por la experiencia europea nosotros sí sabemos como actuar a tiempo . Esto recién empieza. Esperemos la respuesta de cada sociedad para saber de que tiempo se trata. En el cronológico (simbólico) fuimos advertidos) . Pero el tiempo es también un real. Por eso es hora de asumir la responsabilidad subjetiva de cuidarnos con los medios que tenemos y cuidar al otro. Es prematuro intentar una conclusión.
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