Notas sobre la crisis política en España

                      Notas sobre la crisis política en España

 

                                                               Iñaki Viar*

 

“El núcleo del asunto es el Estado de Derecho”

“Para actuar en política, confiar en la autonomía del propio pensamiento es tan necesario como rebajar el nivel de las identificaciones y conseguir que cada cual se remita a su propia opinión. Dicho de otra manera, no masificar las reacciones, no encantarse con la referencia a un jefe. Se trata por el contrario, de hacer algo múltiple, articulado y discutido.”

   “Conferencia de Madrid”  Jacques-Alain Miller

 

 

Estamos viviendo una crisis política de gran gravedad en España y especialmente en Cataluña. Es una situación de gran complejidad y muy delicada porque las palabras tienen, como en toda crisis, un alcance, en cierta medida, incalculable. Se trata de aportar criterios para contribuir al debate.

  • El 6 y 7 de setiembre el Parlament de Cataluña aprobó, en ausencia de parte de sus miembros, dos leyes, La ley de Transitoriedad que deja sin vigencia el orden constitucional del Estado de Derecho que rige en España desde 1978, y la ley de Referéndum que aprueba la realización de un referéndum en Cataluña para la aprobación de la ley que efectúa la separación de Cataluña de España. La ilegalidad y anticonstitucionalidad de ambas leyes es reconocida por todo el mundo, los primeros sus promotores, el gobierno de Cataluña. Es decir, se trata de la fractura de un Estado de Derecho de la Unión Europea, que es una nación con varios siglos de existencia, por medio de una ley ilegal y cuyos partidos políticos promotores no alcanzan los votos de la mayoría de la población de Cataluña.
  • Dos partidos nacionalistas y un tercero de carácter anarquista se han autorizado a este acto y han realizado el referéndum para la separación de España y la formación de un nuevo Estado que proponen sea la República de Cataluña.
  • Ellos tienen sus razones: su desacuerdo con el tratamiento que recibe Cataluña por parte del Gobierno e Instituciones españolas y que la Independencia resulta obligada para acabar con una situación que consideran injusta.
  • Se trata de un acto que entraría en la categoría de la teoría del decisionismo, propugnada por Carl Schmitt que fundamenta la razón que asiste a quien, en nombre de la Excepción impugna el régimen del para En otros términos se trata de un golpe de Estado contra el Estado de Derecho de España.
  • Un gran debate se ha abierto al respecto sobre estos hechos: si están justificados o no.
  • De este juicio de cada uno depende el juicio sobre la secuencia de hechos que se han producido. Fundamentalmente sobre el Referéndum y el intento fallido de impedirlo por la policía española. Porque si se considera ilegal la ley que convoca el Referéndum, este es ilegal, y por tanto no asiste ningún derecho de los ciudadanos a votar. Toda votación que no se realiza en un marco legal y conforme a normas democráticamente elaboradas no es un derecho democrático. Es un acto despótico contra el resto de la población: contra los cientos de miles de ciudadanos que se manifestaron ayer 8 de octubre y que no votaron por considerar dicho referéndum ilegal, tal como lo han manifestado. Ellos también exigen que se respeten sus derechos. La llamada “mayoría silenciosa” ha tomado la palabra. Si bien es cierto que en psicoanálisis el silencio no puede ser interpretado, en la política hay la responsabilidad de hacer un cálculo político de lo que está ocurriendo con la mitad de la población. Porque de lo contrario no solo se les considera “silenciosos” sino que resultan “inexistentes”. De ahí la sorpresa de ayer.
  • Más de la mitad del censo elaborado por la Generalitat y según su propio recuento.
  • El Gobierno español, siguiendo el dictamen de un juez, ordenó a la policía española que dicho acto fuera impedido por ser contrario al ordenamiento jurídico de un Estado de Derecho. Trataron de impedirlo como cualquier gobierno democrático. Es absolutamente impensable que una votación de este carácter se llevara a cabo en ningún país europeo. Ni en ningún país democrático.
  • La policía española intervino por la desobediencia de la policía autonómica catalana, “mossos de escuadra”, a la orden judicial de retirar las urnas ilegales de los ilegales colegios electorales antes del comienzo de la votación. En consecuencia intervino la policía española cuando los colegios estaban ya abiertos y multitud de personas votando. La tarea era técnicamente muy delicada. Es más fácil impedir que la gente entre en un lugar que evacuarla. La policía intentó conforme a sus ordenanzas usar la palabra para convencer a la gente de que salieran y de que era ilegal esa votación. Al encontrar resistencia utilizó el uso de la fuerza para cumplir sus órdenes. La policía española fracasó en el cumplimiento de sus órdenes. No consiguió impedir la votación más que en una mínima parte de los colegios electorales. Los medios de comunicación internacionales presentaron los hechos, y los nacionalistas catalanes también, como una actuación brutal y antidemocrática de la policía y de los jueces y gobierno de España. Se produjo la indignación en gran parte de la sociedad catalana muy afectada por estos hechos.
  • Pero la acusación nacionalista no es de mala praxis de la policía española en su actuación, con las denuncias consiguientes. La acusación al gobierno de España es de actuación brutal contra los derechos de los ciudadanos. Es una gravísima acusación para un Estado de Derecho que reprima la realización de un derecho democrático. De hecho supone su negación como tal Estado de Derecho. Yo no creo que se pueda sostener que votar en el referéndum fuera un derecho democrático.
  • Vivimos en la “telepolítica”, donde una imagen vale más que mil palabras, cuando la verdad es que hacen falta mil palabras para entender una imagen. Su interpretación depende del discurso que se subtiende en la imagen. Como todos he visto imágenes de todo tipo de agresiones, y muchas resultaron falsos montajes. Y de la versión inicial de la Generalitat de ochocientos heridos se han quedado en unos doscientos y leves, salvo un hospitalizado, que está fuera de peligro. Hubo por supuesto policías heridos también

 

  • Es francamente difícil orientarse hoy día en la información. Uno tiene que elegir y hacerse responsable de lo que se cree de las noticias emitidas por los medios de comunicación. En mi opinión, según la información a que he accedido, es que la policía actuó cumpliendo su deber, al parecer con excesos y que el enfrentamiento entre unos miles de policías y cientos de miles de ciudadanos que iban a votar se haya saldado con daños menores  es un balance lamentable pero afortunado dada la enorme dificultad que representaba para la policía realizar la tarea.
  • Lo que es injusto por contradictorio a mi juicio es hacer caer la responsabilidad de lo ocurrido exclusivamente sobre el gobierno de España, cuando la responsabilidad fundamental está en los actos ilegales de la Asamblea de Cataluña y del gobierno de la Generalitat. Hay quien considera que hay razones políticas que justifican el referéndum, pero eso supone que un Estado de Derecho debe permitir un acto ilegal. Las consecuencias podrían ser catastróficas.

 

  • No solo la Ley. Efectivamente está la política. Las razones del contencioso de la mitad de los ciudadanos catalanes – tenemos que expresarlo así aunque sea una generalización, pero es el lenguaje de la política- son muy complejas históricamente. Imposible extenderme sobre esto por mi desconocimiento. Me refiero a lo expresado en los últimos tiempos. Solamente decir que en las guerras civiles que se han dado en los siglos XIX y XX, las carlistas y la guerra civil del 36, ninguna guerra ha tenido el carácter de  guerra entre España y Cataluña. En ambos bandos, carlistas y liberales, republicanos y franquistas combatieron españoles y catalanes. No hay heridas de guerra entre catalanes y españoles, al menos desde hace tres siglos.

 

  • La Constitución española, que declara a España indivisible -como las de Francia, Alemania, EEUU, y la mayoría de las constituciones democráticas, salvo la excepción del Reino Unido que no tiene constitución escrita, por eso era posible el referéndum sobre Escocia- fue aprobada por abrumadora mayoría en España y, sobre todo, en Cataluña, que fue un factor decisivo en la consecución de la democracia española. Y, asimismo, el Estatuto que se aprobó entonces. Desde hace unos años se ha venido manifestando de forma más acusada el descontento de Cataluña por el trato recibido por España. Quejas por el trato político y económico. Sobre todo que el Estatuto actual no reconoce las aspiraciones de Cataluña. Aunque fue aprobado por más del 40 % parece claro que no satisface a muchos ciudadanos catalanes. También se plantea que España no ha respondido a demandas de Cataluña. Seguro que no, pero tampoco que las demandas no hayan sido satisfechas significa un mal trato o desprecio hacia Cataluña. Porque hay intereses muy diversos y una necesaria coherencia entre los textos legales. Es algo debatible.

 

  • Respecto al trato económico, la distribución del dinero público, hay una gran controversia entre economistas y políticos sobre si Cataluña ha resultado perjudicada o no. Imposible para mí dilucidar las razones. Tanto por mi incompetencia al respecto como por lo que creo una contabilidad también muy compleja sobre las transferencias de valor entre España y Cataluña, así como entre el resto de las autonomías. Desde luego que puede haber razones en las quejas de Cataluña. Debo decir un tópico: que la representación de una Cataluña que tiene un grado de autonomía muy elevado – en relación a la europeas- y que es una sociedad puntera en medicina y tecnologías y otros campos, que cuenta con una de las principales ciudades del mundo y que tiene niveles de educación magníficos y una producción cultural espléndida, y que este gran país ha sido maltratado sistemáticamente en lo económico y político por los gobiernos de España como para abrir por parte de sus responsables políticos una crisis de tanta gravedad me resulta difícil de asumir y que se rompa una nación de siglos con lo que supone de enriquecimiento común. España no es comprensible hoy sin la inmensa aportación de Cataluña. Y Cataluña no sería la Cataluña actual.

 

  • Creo que la cuestión fundamental se plantea a nivel simbólico. El Estado Español representa un Estado de Derecho, un Uno que garantiza los derechos y libertades de cada ciudadano. Que los ciudadanos sean libres e iguales. Un semblante por supuesto, que aloja a todos ciudadanos tomados como sujetos, con abstracción de su ser. Y es en este registro simbólico donde se plantea el conflicto. Los nacionalistas radicales, independentistas, no solo catalanes, no aceptan ser representados por el significante “español” y todos los que de él se derivan. Su ser lo rechaza. De ahí su aspiración a la Independencia, que vendría a ser el objeto ideal que satisfaría su reivindicación. En el caso del nacionalismo -diferente a otras ideologías- es desde la infancia cuando el sujeto recibe la inscripción de los significantes Uno que determinarán su posición y diría que también su ser. Obviamente existe toda una gradación en el nacionalismo en la que el nacionalismo moderado ha jugado un papel decisivo en la democracia española. Pero la deriva radical ha concitado, por varias causas, una gran identificación que, unida a la contingencia de los líderes actuales ha llevado a esta crisis.

 

  • Por eso hay un imposible en España. Las demandas de los nacionalistas radicales son asintóticas con las coordenadas de la Constitución española: nunca podrán ser satisfechas. De ahí la reclamación de la Independencia. Pero todas las estimaciones electorales y de encuestas evidencian que los independentistas son minoría. La maniobra política de éstos ha sido lanzar el sintagma “derecho a decidir” -al que nadie se opone en principio porque no quiere decir nada, pero les ha valido a los independentistas un gran apoyo para lanzar el procés- como “el derecho a votar”, pero que solo tiene valor democrático si es conforme al ordenamiento jurídico. Esto ha sido objetado como si fuera una actitud antidemocrática. Que no se ha realizado una negociación política para resolverlo, pero parece difícil cuando el gobierno de la Generalitat hace tiempo que tenía decidido y así lo manifestaba ir hacia la independencia. No es verosímil que ningún gobierno democrático acepte una negociación como un ultimátum que le exige saltarse sus propias reglas.

 

  • Por otro lado hay cuestiones ocurridas en Cataluña que se deben considerar para explicar la deriva actual. La caída dramática del padre del nacionalismo moderno, Jordi Pujol, implicado con su familia en una serie de delitos económicos al parecer graves. Y que ha sido seguida de otra serie de causas que han afectado a la antigua Convergencia i Unió, que era el partido de la burguesía catalana y que ha supuesto también una caída. Asimismo una situación económica deteriorada. Y se ha sumado otro factor, la aparición de la CUP, partido radical antisistema, y cuya importancia en estos últimos meses parece haber sido decisiva para impulsar las medidas tomadas por el Parlament y la Generalitat.

 

  • Otro hecho político importante fue la huelga general convocada por el President. Fue una jornada inquietante, con piquetes recorriendo la ciudad haciendo “escraches” diversos, obligando a cerrar comercios y creando temor en algunas -no sé cuántas- personas. Según lo que he podido saber no intervinieron los “mossos de escuadra”. Fue preocupante que miembros de la Asamblea Nacional de Cataluña y de Omnium Cultural, y los de la CUP parecían los amos de la calle y la Generalitat parecía reducida a un puro semblante. Me corregirán quienes lo vieron de cerca.  La práctica de “escraches”, el acoso y la intromisión en la vida privada de sujetos por razones políticas es una práctica antidemocrática y humillante, que ha sido realizada por grupos radicales en nuestras ciudades, y su deriva puede ser peligrosa. Hay ejemplos históricos de ello. Ya Hannah Arendt explica en su texto “La condición humana” cómo la separación entre la vida política y la vida privada está en el origen de la democracia ateniense. No sé de donde viene ese significante que creo reciente. Solo me ha llamado la atención su homofonía con la palabra francesa “cracher” (escupir). También tienen en común un sentido vejatorio.
  • Como solemos decir, en la época de la caída del Padre y la crisis o decadencia de las instituciones basadas en él, surgen nuevos fenómenos sociales, formas de identificaciones nuevas. Muchas en torno a modalidades de goce o síntomas, lo que siempre ha pasado, pero estas modalidades se sitúan como significantes amos.  El auge de fenómenos y agrupaciones en torno a la identidad (religiosa, nacional, revolucionaria…) es muy importante en Europa, que parece cansada y desconcertados sus dirigentes. Los discursos que cuestionan la democracia representativa aumentan como si la democracia representativa fuera una forma política inservible.
  • La democracia representativa es la democracia. La que precisa que un sujeto acepte ser representado por un significante. Es una conquista de la civilización. La que nos permitió salir de la tribu.

Es incierto su futuro, como el del Estado de Derecho.

  • La actual crisis que comienza en Cataluña va más allá de la reclamación de la independencia que plantean sus líderes. En realidad lo que está en juego es una crisis del Estado de Derecho en España, de los mecanismos de funcionamiento de la democracia.
  • El cuestionamiento del carácter democrático del gobierno se ha realizado por amplios sectores de la población. Ha proliferado la calificación de franquista, o lleno de franquistas del Partido Popular. Esto es muy compartido por amplios sectores de la sociedad, nacionalistas y populistas que han sido los agentes de esta crisis. La condena del gobierno de España por tratar de impedir el referéndum solo se explica por una previa descalificación de su carácter democrático. Estaba condenado de antemano por esos sectores. Por “franquista”. Esto corresponde con el discurso populista de la descalificación de lo que llaman el “Régimen del 78”, que es una interpretación negativa de la Transición democrática en España. Como un proceso fallido porque se pactó con los franquistas, se promulgó la Ley de Amnistía, y éstos, cuarenta años después, siguen gobernando. Y “franquista” se repite como un mantra para muchos actos políticos del gobierno o las instituciones. Este discurso, en pocos años, divulgado por Podemos ha calado en amplios sectores de ciudadanos, sobre todo jóvenes golpeados por la crisis. Que el Partido Popular es franquista es la doxa en esos amplios sectores populistas y nacionalistas radicales.
  • Es un relato falso e injusto: y lo que pretende es el desprestigio del Estado de Derecho y, como dicen, su desmantelamiento. Han visto en esta crisis una posibilidad de debilitar el Estado, al igual que la CUP. Ambos no tienen ningún interés en la independencia de Cataluña. Su interés está en operar un cambio de Régimen en España. Pero el debate sobre el populismo español es otro debate para otro momento.
  • En mi criterio la Transición y la Constitución española han constituido el fundamento simbólico para los cuarenta años de libertad y de ausencia de guerra por primera vez en la historia de España y de Cataluña. Para mí es una gran conquista después de haber vivido mis primeros treinta años bajo la Dictadura franquista. Una fortuna histórica en relación a las generaciones anteriores. La situación de grave daños sociales, paro y pobreza que ha creado el capitalismo neoliberal no debe cuestionar la democracia. Como en todos los Estados de Derecho que existen en el mundo.
  • Lo que nos importa ahora es que se resuelva la crisis del mejor modo posible. Y es algo incierto. Le piden al gobierno que negocie. ¿Con qué Cataluña? ¿Con los que han votado en el referéndum o con los que se han manifestado el día 8?
  • Parece oportuno que se convoquen elecciones autonómicas tras los hechos ocurridos. El nacionalismo que acusa al Otro del gobierno español se ha encontrado con un Otro que estaba más cerca. En casa. Se impone la negociación tras las elecciones. Primero entre los catalanes y, llegado a un acuerdo de convivencia, luego con el gobierno español. Todo incierto hoy.

 *Psicoanalista, miembro de la AMP (ELP).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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