CORONAVIRUS: «El psicoanálisis en el tiempo del coronavirus»

El psicoanálisis en el tiempo del coronavirus

 

 

Diálogo de Francesco Bollorino* con Antonio Di Ciaccia**

 

 

Bollorino: Comencemos por el psicoanálisis como práctica clínica e institución: sesiones canceladas, terapias vía skype, conferencias aplazadas: ¿como cambia el psicoanálisis en la época del virus?

Di Ciaccia: El real del Coronavirus irrumpe en nuestra existencia, haciendo trizas nuestra seguridad. Es necesario hacer frente a este real. En estas circunstancias suena verdaderamente profunda la frase de Freud que entre los imposibles está gobernar. Pero, como vemos día tras día, entre los imposibles está también curar. Y también aquella versión de los imposibles que es psicoanalizar. Se trata de un imposible estructural, pero hoy lo vemos también en su apariencia debido a la coyuntura actual. Sabemos que en tales situaciones, que emergen de modo contingente, algo del orden de lo necesario se impone, por eso mismo, cuando lleguemos al después, sabemos desde ahora que ya no será como antes.

Quid  respecto del psicoanálisis?

Considero que la cuestión solo toque de modo relativo a la institución burocrática de las diversas sociedades y escuelas. Esta emergencia sanitaria podría dejarnos a las diferentes Escuelas una enseñanza agilizando su funcionamiento y organización institucional mediante los recursos actualmente disponibles.

En cambio se trata, también, de interrogar la cuestión en el nivel ético, respecto a aquello que Lacan llama el discurso del analista.

En una situación como esta emerge claramente la repartición entre psicoterapia y psicoanálisis. El arte de la psicoterapia consiste en saber acoger la palabra de aquel que sufre, en saber responder con una palabra que sepa desangustiar e intentar simbolizar el trauma. El instrumento es la palabra, la palabra que pregunta y la palabra que sabe responder.

Son longitudes de onda presentes en un análisis, pero el psicoanálisis apunta a otra cosa, en la dirección de la lógica de lo que causa el goce (así lo ha llamado Freud) que es inherente al síntoma que hace sufrir. A través de esta operación el psicoanalista, además de saber responder, viene a encarnar la presencia real de aquel objeto que sirve al analizante para que el inconsciente dé sus razones – razones que están en la base de la repetición del síntoma.

En la situación actual le tocará a cada analista, uno por uno, saber no tanto atenerse a los estándares sino a aquellos principios éticos que permite que la operación analítica continúe. Y sabrá valorarlo caso por caso.

Collorino: Pasemos a la experiencia: que traen a sesión los pacientes?

Di Ciaccia: Traen aquello que los inquieta. Y eso que los inquieta es, como siempre, vehiculizado por la escena del propio fantasma. También la emergencia que hoy estamos viviendo. Encuentro que un problema central tiene que ver con el analista, el cual, en un momento trágico como este, se encuentra en posición de tener que tomar aquello que inquieta al analizante, y  tomarlo más allá del propio fantasma, para que entender fischi per fiaschi [1]  expresión a la que se reduce la crítica que Lacan hace a la contratransferencia. En pocas palabras, y antes que nada, ¿el analista es capaz de afrontar la propia angustia? Dado que, parafraseando una célebre frase, la angustia del hombre es la angustia del Otro.

Bollorino: Parece una película de ciencia ficción pero la realidad es que no estamos preparados para el contagio, ¿que piensa sobre eso?

Di CIaccia: Nunca estamos preparados para el trauma. El trauma es aquello que nos cae encima y para lo que no estamos nunca preparados. Es cierto, la situación era impensable, si bien fue predicha por algunos científicos.

Bollorino: Que podría dejarnos de positivo esta experiencia que nos toca vivir de mala gana.

Di Ciaccia: Esta experiencia nos puede traer a la memoria que la muerte es un momento importante de la vida. Me atrevería a esperar que, también desde el punto de vista político, a nivel nacional, europeo y mundial, algo cambie. Pero en realidad, y en el fondo, no lo creo. A menos que se llegue a comprender que nuestro planeta está infectado justamente de nosotros mismos como humanos y que es preciso cambiar la historia.

Bollorino: La peste del 1300 nos ha regalado el Decameron, ¿que podría regalarnos de manera positiva esta guerra contra el coronavirus?

Di Ciaccia: serán probablemente obras de arte y de pensamiento las que nacerán en esta coyuntura. Yo también me esfuerzo por hacer algo, aunque se trate de una labor en la que soy solo el instrumento, como traductor. En estos días estoy corrigiendo para Einaudi, los borradores del Seminario XIX de Lacan, con el título …O peor. Un texto estupendo, aunque sea muy difícil y deseara estudiarlo con detalle. Lacan habla de la no relación estructural entre el hombre y la mujer. Esto se desprende del hecho, por decirlo con el Lacan del seminario precedente, “Un hombre y una mujer pueden entenderse, no digo que no. Pueden hacerlo gritándose” lo que no impide que hagan el amor, incluso amarse, a condición, perdonen que les de otra cita, de lo que dice en un texto dirigido a los Católicos: “¿He logrado al menos hacer pasar por sus mentes los nudos de aquella topología que pone en el centro de cada uno de nosotros ese lugar desde el cual la nada nos interroga sobre nuestro sexo y nuestra existencia? Es este el lugar en el que tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismo, dado que en él este vacío es el mismo.”

Bollorino: ¿Cómo vive, como persona y como analista, estos tiempos?

Di Ciaccia: Traduzco a Lacan de quién aún recuerdo su voz. Por lo que tiene que ver con mi función de analista puedo decirle que aquellos que han acudido a mi saben que, aunque sea en la distancia, estoy presente. Pero también tengo que decirle que, más que por ellos, con frecuencia están preocupados por mi. No creo que sea porque soy de la población preferida del coronavirus, sino porqué, y eso es lo que caracteriza la transferencia, cuando el Otro podría estar menos presente, el sujeto se aferra más aún . ¿El sujeto dejará el sostén? Lo hará cuando la operación analítica llegue a su fin, algo que reduce al analista a un puro deshecho. Eventualmente dejando una tonalidad de amor o de odio pero, si fundamentalmente hubo análisis, jamás será de indiferencia.

 

* Psiquiatra, responsable de www.psychiatriaonline.it

** Psicoanalista, miembro de la AMP (SLP)

 

 

Fuente: Entrevista extraíada de http://www.psychiatryonline.it/node/8532

Aparecida en Rete Lacan https://www.slp-cf.it/rete-lacan-n7-5-ap/#art_3

Agradecimientos a Laura Storti, responsable Rete Lacan

 

 

Traducción: Diego Ortega, Socio ELP Alicante

 

 

Fotografía seleccionada por el editor del blog.

 

[1] Expresión italiana, que denota errar considerablemente, equivocarse en forma grosera.

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